El corazón de Sarah latía con fuerza en su pecho mientras observaba el enorme y redondo trasero de Donkey Ponkey rebotar con cada paso. No podía creer que estaba a punto de disfrutar de una de las escenas más pervertidas y sucias de su vida. La mujer, con sus enormes tetas y deliciosas curvas, estaba a punto de revelar sus deseos más íntimos.
Los ojos de Sarah se detuvieron en los labios regordetes e hinchados de la chica mientras se ponía un pijama de satén blanco. No pudo evitar imaginar cómo se sentiría tener esos labios alrededor de su propia polla. Observó como las manos de la mujer acariciaban sus voluptuosas tetas, apretándolas y masajeándolas hasta que se derramaron sobre la parte superior de su pijama.
La propia polla de Sarah ya estaba dura, palpitando de anticipación. Apenas podía contener su emoción mientras Donkey Ponkey bajaba lentamente sobre la cama, abriendo bien las piernas. Sarah podía ver la humedad brillante entre sus muslos y supo que ésta iba a ser una de las experiencias más intensas y alucinantes de su vida.
Los dedos de la chica se deslizaron hábilmente entre sus labios regordetes y jugosos, provocando y acariciando su clítoris. Sarah observó, paralizada, cómo los dedos de la mujer se hundían profundamente en su coño caliente y húmedo. Sus gemidos y jadeos resonaron por la habitación, provocando escalofríos por la columna de Sarah.
Sarah podía sentir su propia polla palpitando de deseo, palpitando con cada gemido y jadeo. Anhelaba ser parte de esta escena, experimentar la pasión cruda y desenfrenada que se estaba desarrollando ante ella.
Sin previo aviso, Donkey Ponkey se volvió hacia Sarah. Sus ojos se fijaron en los de Sarah, y Sarah pudo ver el hambre y el deseo ardiendo en su mirada.
Los labios de la mujer se abrieron, revelando su perfecta lengua rosada. Lentamente se pasó la lengua por los labios, provocando y tentando a Sarah. Sarah podía sentir su polla moviéndose en sus pantalones, rogando por ser liberada.
Sin dudarlo, Donkey Ponkey se inclinó y besó a Sarah, sus labios se encontraron en un beso ardiente y apasionado.