Colegiala colombiana es follada por su hermanastro

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Mientras la bella colegiada regresaba de la escuela, su mente estaba preocupada por la petición de su hermano. Acababa de terminar sus clases del día y se dirigía a casa para abordar las tareas del hogar. Pero su hermano tenía otras ideas. Él le rogó que lo ayudara con su «tarea» y ella no pudo evitar notar la sonrisa en su rostro. Ella sabía lo que quería decir y eso le provocó escalofríos.

Su hermano siempre había sido un poco juguetón y ella lo había sorprendido en el acto engañando a su novia hace apenas unas semanas. Sintió una mezcla de ira y emoción ante la idea de ayudarlo a satisfacer sus deseos carnales. Llegaron a la sala de estar y su hermano la acercó, sus manos recorrieron su cuerpo mientras la besaba profundamente. Podía sentir su dura polla presionando contra su muslo y gimió en su boca.

Cayeron sobre el sofá y se quitaron la ropa con frenesí. Las manos de su hermano recorrieron sus curvas, sus dedos trazaron el contorno de sus senos. Ella cerró los ojos y dejó escapar un suave suspiro cuando él tomó uno de sus pezones con su boca, succionándolo suavemente. Su cuerpo respondió a su toque y pudo sentir que su coño se humedecía a cada segundo.

Se movió más abajo, su lengua salió para lamer su clítoris. Ella gritó mientras él continuaba provocándola, sus dedos profundizando en su núcleo. Podía sentir que su orgasmo crecía y se aferró a su cabello mientras se corría, gritando su nombre.

Pero su hermano aún no había terminado. Él le dio la vuelta, su polla presionó contra su trasero. Ella gimió cuando él empujó dentro de ella, sus manos agarrando sus caderas mientras él entraba y salía. Podía sentir sus bolas golpeando su coño y sabía que le esperaba un viaje salvaje.

Continuó embistiéndola, su respiración se hizo entrecortada mientras se acercaba a su propio clímax. Podía sentir su polla hinchándose dentro de ella y sabía que estaba a punto de correrse. Ella empujó hacia atrás contra él, su propio orgasmo aumentó cuando sintió que él derramaba su semilla dentro de ella.

Mientras yacían allí, agotados y satisfechos, ella podía sentir el calor de su cuerpo contra el de ella. Sabía que acababa de participar en un acto prohibido, pero no le importaba. Nunca se había sentido tan viva, tan libre. Acaban de compartir un vídeo porno en la vida real y fue lo más caliente que jamás había experimentado.

A partir de ese día, continuaron entregando sus pervertidos deseos, sus cuerpos entrelazados en un ciclo interminable de lujuria y pasión. Sabían que sus acciones estaban mal, pero no podían evitarlo. Se habían vuelto adictos a la descarga de adrenalina que conlleva romper las reglas.

Mientras yacían allí, todavía entrelazados, ella le susurró al oído: «Hagamos un video sexual. Quiero vernos follar una y otra vez».

Él sonrió, con un brillo travieso en sus ojos. «Creo que es una gran idea, hermana».

Ambos sabían que esto era para tener sexo rico.

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Date: abril 20, 2024