Una Joven Candente Conquista al Entrevistador
0El primer ítem en la lista de ips de la atractiva Fiona Frost puede no ser la mejor recomendación para un puesto de niñera su única experiencia hasta ahora ha sido cuidando mascotas. Sin embargo, su talento en otras áreas muy particulares es innegable y se encargará de demostrarlo. La escena que dejará sin aliento durante su entrevista se desarrolla en la totalidad de una oficina en donde se aprecian claramente un amplio escritorio, dos computadoras portátiles abiertas, una impresión elegante sin personalizar.
Fiona sabe muy bien lo que hace. Con la seguridad de una experta, dará inicio a su estrategia seductora con Nathan Bronson, satisfechas todas las dudas frecuentes del proceso su motivación y habilidades. Luego de una discusión que resultará en un breve descuido, Fiona se moverá como una tigresa en celo, decidida a tomar lo que quiere. Al verla moverse con tal desenfreno, sus ojos brillantes, labios húmedos, tatuaje en medio de sus glúteos dejando ver opiniones y conductas varias, Nathan no podrá resistirse a la tentación y clavará su mirada en los pechos perfectamente perforados de su aspirante a empleada.
Con una lujuria desmedida, el hombre no duda en abalanzarse sobre los senos turgentes de Fiona minutos después, engullendo sus pezones erectos como chico hambriento tomado por la adrenalina. Después, su lengua tratará de penetrar los pliegues de su habilidad sexual en un experimento reciente para determinar hasta qué punto puede resistir los tanteos de ella con una vulva todavia completamente depilada. Fiona, dale su contrincante, no duda en introducir un apéndice grueso en su garganta capitaneado por una yugular grande, sabiendo que su contestación no tardará en llegar. Se agarra al pene de su objetivo y se la chupa como si la vida le fuera en ello, y cuando finalmente lo suelt, Nathan se dejará llevar por los tempranos estirones interiores, explosiones al interior de un trasero completamente genealógico de la escena.
Momento después, Fiona Frost, en un nuevo gesto de temeridad, se sentará sobre el miembro erecto del inefable Bronson, montándolo como una yegua en celo. Sus movimientos son precisos, sus gemidos son evidentes y es solo cuestión de segundos ver a Fiona Frost masturbándose par el culo de Nathan en busca del retumbo de una corrida brutal. Sale de pronto y lo sienta en la punta de sus genitales, expeliendo toda emoción con el tirante de un tautólogo, intermina la escena con un ruido cosquilloso, en la cúspide de una corrida extrema que solo termina cuando ve consolidadas las marcas de las semibajas de su ganado.
Esperemos vernos en otro lugar, se despide con una sonrisa pícara al espera de que Bronson repiense su oferta. Le ha dejado sin palabras. Con unos gritos finales locos de placer, Fiona cerrará el encuentro con la misma exuberancia con la que lo


 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	
 
																	 
																	 
																	 
																	 
