Sensual vaquera de castigo llega a buscar piso de padre sexualmente
3Katie Kush llega a la puerta de Kyle Mason convencida de que está frente a la residencia de su padre. Inexplicablemente, luce un atuendo muy diferente al habitual un top a cuadros que deja al descubierto su abdomen y unas diminutas short vaqueras, acompañados de un par de botines vaqueros blancos. Lo que ella no sabe, es que su atuendo sugiere a Kyle otra cosa una intensísima escena consensuada de roleplay retorcidamente erótica con una callgirl. Sin dudarlo, la invita a entrar inmediatamente.
El ansioso Kyle la lleva sin más preámbulos a cumplir con la supuesta fantasía que juegan, a una habitación oscura con reflejantes caminos para llamarla. Ante esto, a ella simplemente se le ilumina la cara con ansiedad de cumplimiento femenino. Él apresta un balanceado cuerpo tenso y va directo al punto de penetración, sorprendiéndola con una tremenda erección. Katie gime de manera enloquecida al verlo y se pregunta como carajos hará navegar esa mole de carne.
Con hambre de carnes al intentar llegar justamente a la retaguardia del asistido Kyle, ensalda la boca en el ayuntado y palpitante tarugazo ansíando llegar a cumplir con su sorpresa. Lo chupa optando por sostener su inmensa y pasmosa circunferencia con ambas manos, en un beso perfecto con la reducción de saliva a punto de hacerla vomitar.
Entre besos por el piel del escondido verga y brochazos de lengua, va amasando los gemidos délicatimement Nasales y felinos del hombre al borde de la caja coreana. Sudando al ritmo del coreografíado y habitual festín oral, explora cada curva y textura del ansiado roscón, deseosa disfrazada de pescadera sexual.
La ardiente cita se intensifica con una penetración desenfrenada, intensa y brutal, en la que Katie descubrirá al límite de poder vivir la brutal y descontrolada catarsis de gimnasia interior que necesita para jugar a una gama de roles que ya practica a diestra y siniestra. En medio de la máxima excitación, ella se deja llevar por una entrega visceral, cerrando los párpados y exhalando con fuerza entre suspiros y fiel complacencia.
En ese ignoto acto erótico, se encontrarán quienes temen a encontrarse por lo grotesco y subhumano de sus acciones. Kyle, camino de atormentar en cada embestida y entrefrágiles suspiros Katie, dispuesta a estrenarse en una noche de puro y fatídico éxtasis.
La escena explota en movimientos sincronizados, mientras Katie se agarra con deseo a las sábanas, buscando un anclaje para aguantar la avalancha de placer que su cuerpo recibe taciturnamente. Kyle, sin menguante pega más púas retorcidamente defendidas como arañas sobre las superficie más lúbrica y penumbrosa.
Este recital se cierra con orgasmos explosivos, gemidos profundos y un desenlace donde ambos alcanzan


 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	 
																	
 
																	 
																	 
																	 
																	 
