Marta disfruta de un masaje sensual antes de su encuentro erótico

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En una habitación arreglada con delicadeza, los mechones de luz del sol se colaban por la ventana en la mañana mientras Marta se preparaba para su próxima cita. Se tocaba sus cabellos castaños, sus pezones rosados se endurecían con anticipación. En ese momento, llamaron a la puerta y entró su amante, con una sonrisa de satisfacción en los labios.

Con habilidad, él comenzó a untar el aceite de masaje en las curvas perfectas de Marta, masajeando sus muslos torneados y flexibles. Las manos masculinas, cálidas y fuertes, se deslizaban por la piel cremosa. A continuación, comenzó a trabajar en el terreno más personal de su cuerpo, acariciando la sensible abertura de su coño. La intensidad de las caricias aumentaba a medida que la humedad entre sus piernas se hacía más evidente.

Marta pudo sentirse húmeda y caliente bajo los dedos expertos de su amante. Con delicadeza, él deslizó un dedo en su interior, encontrando su punto G con facilidad. Ella jadeó de placer, arqueando la espalda y mordiéndose el labio mientras él continuaba acariciándola.

De manera repentina, él retiró su dedo, dejándola vacía y anhelante. Pero su amante no tardó en llenar ese vacío con su polla dura y palpitante. Marta gritó de placer al sentirlo entrar en ella, llenándola por completo. Él la embistió con fuerza mientras ella gemía de placer, sintiendo cada centímetro de su polla dentro de ella.

Finalmente, después de varios orgasmos intensos, Marta se dejó caer en la cama, agotada y satisfecha. Su amante se acurrucó junto a ella, besándola apasionadamente mientras ella sonreía, tranquila y satisfecha.

Nuevos rayos de sol entraron por la ventana, iluminando sus cuerpos sudorosos y satisfechos. Una última mirada a los ojos de Marta y su amante se despidió, dejándola sola en la habitación, pensando en el placer que habían compartido juntos.

En resumen, Marta disfrutó de un encuentro erótico intenso y satisfactorio con su amante, lleno de caricias y penetraciones que la llevaron al orgasmo en varias ocasiones. Fue una experiencia inolvidable para ambos, que recordarían durante mucho tiempo.