Lujuriosa y sexy MILF se divierte doble con obreros en su casa moderna

0
Compartir
Copiar el Enlace

La brasilera Olivia del Rio es una mujer que disfruta de las tardes en su hogar, luciendo seductora ropa interior y excitándose con un consolador de cristal. Hoy, la voluptuosa MILF cuenta con la compañía de Yanick Shaft y Alex Romero, dos trabajadores que están encargados de la rehabilitación de su cocina.

Mientras estos dos hombres laboraban, comenzaron a escuchar los sonidos de placer que provenían de la habitación anexa. Los gemidos de Olivia, que se alcanzaban escuchar sin problema alguno, comenzaron a excitar a los obreros.

Los gemidos de deleite le llegaron de forma inesperada y estos se elevaban a medida que se iba perdiendo en su propio frenesí. Comenzaba de manera suave para aumentar intensamente a medida que se iba excitando todavía más. La escena era bastante explícita.

Un día, parecía que iban a terminar de una vez las tareas pero Olivia decidió darle otro uso a sus herramientas. Interrumpiendo de manera increiblemente sexy su descanso se abalanzó hacia ellos. Tras prohibir con sus exquisitas manos cualquier escape retó a quienes la estaban tentando con que eran mejores que sus juguetes al darle placer.

Yanick y Alex en respuesta afirmativa se dieron el placer mutuo de probar que lo eran. Olivia se sentó en medio de lo que antes era una mesa de planos pero ahora era un tocador improvisado, exhibiendo su cuerpo sin un ápice de pudor frente a sus frustrados obreros. Así, les permitió que devoraran su boca, que penetraran su coño recortado con ganas y jale frente a ellos su deseo hasta explotar de manera explosiva.

Abrieron su dotación de esta manera, despojándose de cualquier vestigio de seriedad o profesionalismo una oleada de excitación sin fin. Aunque el destino de los hombres era arreglar la cocina, se dio un escape perfecto para deleitarse hasta el hartazgo. Con las bocas depositadas una en su sexo y la otra en su vulva, al fin estaban cumpliendo su labor en la mente sucia de Olivia, según su propia forma abierta y exótica de trabajar. Sus corazones palpitantes bombearon a toda su , mientras sus traseros, empapados de deseo iban explotando cada vez más, con mayores niveles de fervor.

El tiempo se paralizó mientras los hombres alternaban entre su boca y su entrepierna. Los alaridos comenzaron a hacerse más altos, hasta que un estallido de placer le hizo estremecerse por completo, besándolos de manera obscena. Su climax llegó de manera explosiva, y los hombres, nerviosos con sus orgasmos, descargaron sin verguenza sus cargas en su bello rostro sucio y primitivo. Estos gemidos, que comenzaron como una corola explotan al finalizar con más sabor el momento, eran simplemente la guinda para coronar una bomba erótica.

Al finalizar el trabajo, lo hicieron pero no solo en la cocina se remató el trabajo. Ante elareglo, a medida que les tocaba de una manera concienzuda, los hombres venían sucumbiendo al placer y cubrían a