Cuando el sol comenzó a ponerse, la secretaria Alina Rose salió de la oficina, sus pensamientos consumidos por la idea de la polla gruesa y palpitante de su jefe. No podía esperar a llegar a casa y ver un vídeo porno de una mujer metiéndose una enorme polla por su apretado y virgen culo. La idea de eso hizo que su coño se mojara, y no pudo evitar frotarse la entrepierna con la mano mientras caminaba.
Llegó a su apartamento, ansiosa por empezar. Cerró la puerta detrás de ella y se dirigió a su dormitorio. Allí, se acostó en la cama, esperando que llegara su jefe. Ella había hecho arreglos para que él viniera después del trabajo y no podía esperar para darle lo que más deseaba: su culo virgen y apretado.
A medida que pasaban los minutos, su corazón se aceleraba con anticipación. Finalmente llegó su jefe y pudo ver el hambre en sus ojos. Se acercó a ella lentamente y ella pudo sentir sus ojos fijos en su bien formada figura. Ella observó cómo él se agachaba y se desabrochaba los pantalones, revelando su enorme y palpitante polla.
Sin dudarlo, se giró sobre manos y rodillas, con el culo en el aire. Podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras él se acercaba a ella, su polla presionando.