La otra novia está lista para ser follada por Isiah también

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El ambiente en la habitación se había vuelto insoportablemente tenso desde que Isiah llegó. El sudor caía por sus frentes mientras las dos novias trataban de mantener la compostura. Sus ojos se encontraban de vez en cuando, y sus manos se tocaban accidentalmente bajo la mesa. Por fin, una de las mujeres no pudo contenerse más y se excusó para salir de la habitación. Isiah la siguió de cerca, dejando a la otra novia sola.

La mujer salió al balcón, tratando de recuperar el aliento. Isiah la siguió, tomándola por detrás y acariciando su cuerpo. Ella se estremeció de placer mientras él le susurraba al oído palabras que la hacían estremecer aún más. Pronto, la ropa empezó a volar y las manos de Isiah estaban en todas partes, tocando y explorando cada rincón de su cuerpo.

Mientras tanto, en la habitación, la otra novia no podía concentrarse en nada más que en la idea de ser follada por Isiah. Escuchaba los sonidos que venían del balcón y su mente estaba llena de imágenes de lo que podrían estar haciendo allí afuera. Sus manos temblaban y su corazón latía fuertemente en su pecho, y finalmente, no pudo soportarlo más. Se levantó y se dirigió hacia la puerta, decidida a unirse a ellos.

Cuando llegó al balcón, encontró a Isiah y a la otra novia en pleno acto. Pero en lugar de sentirse incómoda o avergonzada, se sintió excitada y ansiosa por unirse a la diversión. Isiah la miró con una sonrisa ladina y la atrajo hacia él, desabrochando su vestido y dejándola desnuda ante él. Juntos, los tres disfrutaron de una noche de pasión desenfrenada, llena de gemidos y orgasmos intensos.

Finalmente, agotados y satisfechos, cayeron en la cama, sus cuerpos entrelazados en una maraña de sudor y placer. Y así, en ese momento de éxtasis puro, las dos novias supieron que habían compartido algo especial e inolvidable, una experiencia que nunca podrían volver a repetir.

Cierre Isiah les susurró palabras de amor y de deseo mientras las abrazaba apasionadamente, y las llevaba hacia el clímax más intenso y placentero que jamás habían experimentado. Sus gemidos de placer resonaban en la habitación, uniéndose en una sinfonía de pasión y éxtasis. Fue una noche inolvidable, llena de amor y deseo, en la que las dos novias se entregaron por completo a Isiah, dejándose llevar por la pasión y el placer más intenso.