El corazón de la joven universitaria se aceleró cuando entró en la habitación con poca luz. Podía escuchar los suaves gemidos de un hombre y una mujer a lo lejos, y su mente se aceleraba con emoción y miedo. Siempre había sentido curiosidad por el mundo tabú del sexo anal, y esta noche estaba decidida a experimentarlo por sí misma.
El hombre que la había invitado a su apartamento era un rico hombre de negocios y le había prometido una noche que nunca olvidaría. Ella lo siguió hasta el dormitorio, con los ojos fijos en el vídeo porno que se reproducía en la pared. Nunca había visto algo así antes y sintió una oleada de deseo mientras miraba a la pareja en la pantalla.
El hombre la llevó a la cama y suavemente la puso de rodillas. Se bajó la cremallera de los pantalones y sacó su polla dura y gruesa. Podía ver las venas palpitando en la carne y sintió un escalofrío recorrer su columna.
«Abre la boca», susurró, y ella obedeció sin dudarlo. Ella lo tomó en su boca, saboreando el sabor de su carne almizclada. Lo sintió cada vez más duro en su boca y supo que estaba listo para ella.
Él la puso de pie y la giró. La empujó sobre la cama y ella y se la metió hasta el fondo de su coño haciendo que ella grite de placer ya que esta chica le gusta que le metan el coño en su casa agujeros hasta el fondo haciendo que gima muy fuerte.
Esta joven colegiala ama el sexo anal antes que cualquier cosa y por eso a ella le gusta que se la meten por el culo cuando llega del colegio para calmar sus enormes ganas de sexo.
