Hermanastra es follada cuando se toca el coño sola

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Mientras subía silenciosamente las escaleras, no podía creer mi suerte. Mi hermana Mackenzie, la mujer más bella y deseable que jamás había visto, estaba recostada en su cama, con las piernas abiertas y los dedos hurgando profundamente en su humeante coño. La observé con asombro mientras ella gemía y se retorcía bajo su propio toque, su cuerpo se retorcía de placer.

Sin pensarlo dos veces, me quité los pantalones y me acerqué a ella por detrás. Ella jadeó cuando mis manos se unieron a las suyas, nuestros dedos se entrelazaron mientras ambos empujábamos más profundamente en su coño mojado y dolorido. Podía sentir sus músculos contrayéndose a nuestro alrededor mientras trabajábamos al unísono, acercándola cada vez más al límite.

«Oh, sí, sí, sí», gritó, con la voz llena de deseo. «Por favor, no pares. Necesito más».

Me aparté, mi polla temblaba de anticipación. Me empujé hacia ella, llenándola con un movimiento rápido. Dejó escapar un grito ahogado cuando comencé a entrar y salir de ella, mis caderas golpeaban su carne suave y flexible.

«Más fuerte, más fuerte», suplicó, con sus ojos fijos en los míos. «Quiero sentir cada centímetro de ti».

Obedecí, mi polla golpeándola con una ferocidad que la dejó sin aliento. Su cuerpo temblaba con cada embestida, sus dedos se clavaban en las sábanas mientras se aferraba al borde.

«Voy a correrme», jadeó, su cuerpo se tensó mientras dejaba escapar un largo y prolongado gemido. «Oh, Dios, ya voy.»

Sentí sus músculos apretarse a mi alrededor mientras ella se estremecía de placer, su cuerpo se retorcía debajo del mío. Empujé más profundamente, mi polla palpitaba mientras desataba mi propio orgasmo, derramando mi semilla caliente y pegajosa profundamente dentro de ella.

Colapsamos juntos, nuestros cuerpos enredados en un lío de sudor y pasión. No podía creer lo que acabábamos de hacer, pero sabía que quería más. Quería explorar cada centímetro de su hermoso y sensual cuerpo, para tomarla de todas las formas posibles.

Mientras la miraba a los ojos, pude ver el mismo deseo ardiendo intensamente dentro de ella. Ambos sabíamos que esto era sólo el comienzo de nuestro pervertido y tabú asunto, y no podía esperar a ver adónde nos llevaría.

A partir de ese día, nuestra pasión secreta nos consumió, llevándonos a nuevas alturas de placer y deseo. Exploramos cada perversión y fetiche que pudimos encontrar, superando los límites de lo que se consideraba aceptable.

Vimos videos porno juntos, nuestros dedos se entrelazaron mientras acariciábamos nuestros propios cuerpos al unísono. Hablamos sucio el uno al otro, nuestras voces llenas de deseo mientras compartíamos nuestras fantasías más profundas y oscuras.

Y mientras yacíamos juntos, con nuestros cuerpos entrelazados en una maraña de sudor y pasión, supe que había encontrado a la única persona que realmente me entendía. Mi hermana Mackenzie, la mujer más bella y deseable que jamás había visto, era mía y no me detendría ante nada para conservarla.

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Date: abril 20, 2024