Gaucho se entrega al placer nocturno con Amanda

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El gaucho, deseoso de experimentar nuevas sensaciones, se adentró en un mundo de placer nocturno. La noche estaba oscura y la luna llena iluminaba el camino hacia la casa de citas donde se encontraría con Amanda. Caminó por el sendero de gravilla hasta llegar a la entrada donde fue recibido por la bella trans mujer. El corazón del gaucho latía con fuerza mientras se dejaba guiar por la experta mano de Amanda hacia su habitación.

El ambiente era Privado y acogedor, y Amanda se aseguró de que su cliente estuviera cómodo en todo momento. La cama estaba hecha con sábanas de seda y una manta suave. El gaucho se acostó en la cama, mirando cómo Amanda se desnudaba lentamente. Estaba extremadamente húmeda y su polla se estaba poniendo dura. No podía esperar para sentir su pene en su ano.

Amanda se acercó a él, acariciando su pecho y sus pezones erectos. El gaucho jadeó de placer mientras sus manos se movían por el cuerpo de Amanda, acariciando sus curvas y su polla erecta. Ella se posicionó encima de él y lentamente se sentó en su polla, sintiendo cómo su ano se abría paso en su dureza.

El gaucho gimoteaba y gemía de placer, mientras Amanda se movía arriba y abajo en su polla. Sus manos se sujetaban fuertemente a sus caderas mientras la follaba con todas sus fuerzas. El sudor corría por sus cuerpos mientras se movían juntos en un frenesí de lujuria y pasión.

Las paredes del ano de Amanda se contraían alrededor de su polla, apretándola y masajeándola. El gaucho sentía que su orgasmo estaba cerca y no podía esperar más. Se corrió dentro de Amanda, llenándola con su semen caliente.

Amanda se desplomó sobre él, jadeando y recuperando el aliento. El gaucho la abrazó, disfrutando del aroma de su piel y el sabor de su sudor. Se quedaron allí, enredados en una pasión postcoital hasta que amaneció.