La piel de Kira estaba resbaladiza por el vapor cuando salió de la ducha, su cuerpo núbil brillaba en la tenue luz. Su amante, un hombre al que le gustaba el tabú, se acercó a ella con una sonrisa maliciosa en el rostro. «Tengo una sorpresa para ti, mi amor», ronroneó, con los ojos fijos en las deliciosas curvas de su cuerpo.
La llevó al dormitorio, donde había preparado un festín para sus sentidos. De fondo sonaba una música suave y la habitación estaba bañada por un cálido resplandor. La empujó suavemente sobre la cama y ella dejó escapar un suave gemido cuando él comenzó a acariciar su cuerpo.
Sus manos se deslizaron sobre su suave piel, trazando intrincados patrones a lo largo de sus curvas. La besó profundamente, saboreando el dulce sabor de sus labios. Podía sentir el calor aumentando entre ellos y supo que estaban a punto de embarcarse en un viaje salvaje.
La empujó sobre sus manos y rodillas, y sus manos recorrieron su trasero, apretando sus mejillas y separándolas. Ella jadeó cuando él bajó la cabeza hacia su coño, besando sus labios hinchados y lamiendo Hasta que esta chica se pone muy caliente para luego darle una tremenda acogida ya que al final él la saca y se le corre en su boca dejando la llena de leche.