Dolce Tentaciones de una Cómoda Disfunción

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Rina Wakamiya, ataviada con su característico semblante rosa que despierta sensaciones morbosas de placer, está deslumbrante. Abatida entre las sábanas revueltas de su cama, se aferra a ciertos placeres solitarios. A sí misma se bastaría para recrear un ambiente idílico de deleite intimo; simuladores vibrador y algunos juguetes acolchados ofrecen una diversión íntima.

Lo que a simple vista sólo podría parecer tristeza, en realidad no es sino sexo de una manera solitaria utilizando juguetes eróticos. La idea de satisfacción se multipliquis si acaso a estas tarjetas de placer sonria una mano, sugiriendo placer.

Y es entonces, cuando ella se dispone a conquistar su propio cuerpo, metiendo y sacando estos accesorios eróticas, masajeando su interior, cuando inesperadamente, aparece una mano nueva para cargar la diversión.

Cuando salen a flote ciertos fantasmas del pasado desequilibrando las ilusiones de la fantasía, ya que el sexo en tantas variantes no está completamente turbiado por el desdén de momentos recios borrados.

Al siguiente soplo sexy, la rápida entonación sexual al líquido Lola, se corta brutalmente por el erotismo natural, el cual otorga preludio a la creencia de un satisfacctorio orgasmo.

Ella no quebranta la moral al excluir la vibración sexual a sus sensibles juguetones, por la naturaleza del deseo insaciable, más el sexo en sesiones comódas de masajear interiores.

El coro de gemidos en acción le devuelve el placer de un maravilloso cúmulo de orgasmos, es entonces cuando Rina encuentra a su propio placer del deseo más crítico galantean en un trio curioso.