La cámara enfoca a nuestro jefe, un hombre alto y musculoso con rasgos cincelados y una polla que pide ser adorada. Está en su oficina, mirando fijamente la pantalla que tiene delante, viendo un vídeo porno en el que aparece una preciosa mujer asiática. De repente, suena su teléfono y él contesta con voz áspera y autoritaria.
«Malo Malo, estarás en mi oficina en cinco minutos. Y no te molestes en pedirme permiso para chuparme la polla, porque sabes muy bien que no lo doy».
Bad Bad entra en la habitación, con los ojos muy abiertos por el miedo y el corazón acelerado. Él sabe lo que viene y no está preparado para ello. Nuestro jefe se recuesta en su silla y sonríe mientras ve a Bad Bad acercarse a él.
«Ponte de rodillas, Bad Bad. Y asegúrate de estar preparado para lo que viene».
Bad Bad cae de rodillas y nuestro jefe saca su polla, que ya palpita de anticipación. Agarra la parte posterior de la cabeza de Bad Bad y fuerza su boca sobre su polla, empujando sus caderas hacia adelante mientras Bad Bad lucha por mantener el ritmo.
«Eso es todo, Bad Bad. Chúpame la polla como la pequeña perra que eres. Quiero oírte suplicar por ello, patético pedazo de mierda».
A Bad Bad se le llenan los ojos de lágrimas mientras se atraganta con la polla de nuestro jefe, pero sabe que si no hace lo que le dicen, se meterá en aún más problemas. Nuestro jefe agarra un puñado del pelo de Bad Bad y se lo arranca de la polla, abofeteándole fuerte la cara.
«Ni siquiera eres bueno chupándome la polla, pedazo de mierda inútil. Voy a enseñarte cómo adorar mi polla como la maldita diosa que eres».
Nuestro jefe agarra la cabeza de Bad Bad y fuerza su boca sobre su polla una vez más, pero esta vez es más suave, más preciso. Guía la cabeza de Bad Bad hacia arriba y hacia abajo, enseñándole cómo chuparle la polla como un profesional.
«Eso es todo, Bad Bad. Ya lo estás dominando. Pero quiero ver más de ti. Quiero que te corras ahora.