Crazy Jinx, la reina del cosplay, llevaba días provocando a su novio con sus atuendos seductores y su comportamiento coqueto. Pero hoy, ella tenía algo aún más escandaloso reservado para él. Mientras entraba a la oficina, no pudo evitar notar las miradas de sus compañeros de trabajo. Llevaba un traje de cuero ajustado con una máscara de gato que le cubría la cara. Su largo cabello rojo caía en cascada por su espalda y sus grandes y saltarinas tetas estaban a la vista.
Su novio, que también era su jefe, la siguió hasta la sala de conferencias, con los ojos fijos en su trasero. No podía creer lo afortunado que era de tener una novia tan hermosa y pervertida.
Jinx se acercó a él y lo empujó contra la pared. Ella comenzó a besarlo profundamente, su lengua explorando su boca. Podía saborear el lápiz labial en sus labios y le encantaba. Llegó detrás de ella y se desabrochó la parte trasera de su mono, dejándolo caer al suelo.
Ahora estaba completamente desnuda, a excepción de su máscara de gato y sus tacones altos. La polla de su novio ya estaba dura y no podía esperar a ver su coño. Jinx se inclinó y agarró la parte posterior de su cabeza, atrayéndolo para darle un beso profundo y húmedo.
Pasó sus manos por su perfecto trasero, apretándolo y acercándola. No podía creer lo afortunado que era de tener una novia tan hermosa y pervertida.
Jinx comenzó a frotarse contra él, su coño frotando contra su polla. Ella gimió en su boca y él pudo sentir su humedad filtrándose a través de sus bragas. Se agachó y se los quitó, revelando su coño rosado y afeitado.
La levantó y la llevó hasta la mesa de conferencias. La acostó y le abrió las piernas. Se inclinó y lamió su coño, su lengua entrando y saliendo de ella. Ella gimió y se retorció sobre la mesa, y su máscara de gato se cayó.
Se levantó y se colocó en la entrada de su coño. Empujó su polla dentro de ella y ella dejó escapar un fuerte grito. Comenzó a follarla fuerte y rápido, sus tetas rebotaban con cada embestida.