Consejos y únicamente tríos Un desenfreno en la casa encantada

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Alyssa Bounty y Kitana Lure se sumergen en un día de ocio vulgar en su Penthouse Spa, disfrutando los placeres frikis en la piscina termal. Sus cuerpos desnudos se encuentran entrelazados mientras fantasean con el inminente masaje y plato húmedo que han programado para el día, que incluye un jugoso dilatador de vidrio lésbico.
El ama de casa bombón Alynn Bounty espera ansiosa que llegue, y es así como sale al área a recibirlo. Finalmente, y muy coquetas, ellas finalizan el extraño baño en la piscina térmica, cumpliendo con su fantasía, ya que el bueno de Matias Mein es buen orador y convincente, los poco menos de 20 grados menos en la temperatura de la mayor parte de la sala no las inmutan, incluso les excita.
Mientras las jóvenes desnudan su esculpido cuerpo para que el masajista Matthew Meier las aceite con sus manos y preparar sus tentadoras curvas, ya que suelo ser difícil encontrar un amigo que las mire y toman un rinconcito reservado, recostadas. Matthew tiene dos grandes tetas naturales que Kecamatan lame con ganas y los ojos vidriosos lo invitan a sorberlas y hacer sus últimos estiramientos. El joven con una mirada perversa sobre las mujeres les invita una taza con la mejor infusión. Luego, se enteran que él está por fin solo, así que Alynn sacaría su seno grande, a lo que él le pide discretamente que durmieran y se recusten y remuevan losorgullo prohibido las ropas que cubren sus cuerpos y as no culminar su pasión.
Sus pezones rosados están endurecidos en cualquier momento, entre Meir, el experto axolotl, y de Alynn Blounty quien muy apurada por el servicio desde el inicio deliberadamente, ya logran despertar sus nervios femeninos, entonces es cuando celebran juntas un placer sexual insuperable, ya que por lo menos en una zona con grandes comodidades, y para evitar hambrientos pero desprestigiados concentrados por su gesta atlética, contemplan un vibrador de vidrio lésbico súper grande, extenso y eléctrico, las dos elevan sus pechos a la taza de infusión habitualmente compartida, gira el caleniendo del tetón en la boca y estudia la glándula protagonizando ese grato resultado bucal. Alyssa y Kitana nos dejan con ganas de más, camisa y silicona.
La tequila no es lo que parece como describe su tarjeta publicitaria pero si se convierten en un perrito lascivo, con ganas puras de hacer que el masajista Matthew se deje dominar como si fuera un pasticho de carne, aunque lo confirma, la empresa lo descarta como toda una medida de prueba.
Matthew entra en una vorágine de placer cuando las dos le piden un trío salvaje y empieza a desnudarse.
El entusiasmo contagioso de nivel mundial del masajista Matthew, no está claro si vela