La cámara enfoca a la belleza tetona del cosplay, sus enormes tetas rebotan mientras se pavonea por la habitación. Está vestida con un traje de cuero ceñido, completo con botas hasta los muslos y un látigo que maneja con precisión experta. Su novio está acostado en la cama, con los ojos fijos en ella mientras ella se acerca.
«¿Estás lista para un cosplay real, bebé?» Ella ronronea, su voz baja y seductora.
Él asiente, su polla ya tensa contra sus pantalones. Ella lo agarra de la mano y lo pone de pie, llevándolo hacia la cámara de video que está instalada en la esquina.
«Vamos a hacer una película porno, cariño», dice, con los ojos brillando de emoción. «Y tú vas a ser mi papel protagonista».
La cámara comienza a grabar y ella comienza a desabotonarle la camisa. Él gime mientras ella pasa las manos por su pecho y sus dedos trazan el contorno de sus músculos. Ella se inclina y presiona sus labios contra los de él, su lengua sale para probar su sabor dulce y salado.
Ella lo empuja de nuevo a la cama, sentándose a horcajadas sobre su regazo. Él levanta la mano y agarra sus tetas, apretándolas con fuerza. Ella gime, arqueando la espalda mientras él hace rodar sus duros pezones entre sus dedos.
Él se agacha y agarra sus ajustados pantalones de cuero, quitándoselos con un movimiento rápido. Ella deja escapar un grito ahogado cuando él expone su coño desnudo y afeitado. Él se inclina y presiona sus labios contra la parte interna de su muslo, pasando su lengua hasta su clítoris.
Ella echa la cabeza hacia atrás y gime ruidosamente mientras él lame y chupa su tierna carne. Ella se agacha y agarra su cabeza, acercándolo.
«Fóllame, bebé», gime, su voz llena de deseo. «Quiero sentir tu polla dentro de mí».
Él se levanta y se posiciona en su entrada. Ella abre bien las piernas, invitándolo a entrar. Él se desliza dentro de ella con un movimiento suave y ella deja escapar un grito de placer.
Él comienza a bombear su polla dentro y fuera de ella, su ritmo se acelera a medida que se acerca más y más al borde. Ella alcanza y grado de Excitación máximo y esto se lo transmite a su chico que no resiste más y se le corre en su boca dejándose la llena de leche.