Casting en acción un juego sensorial en Penthouse Gold

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En un episodio de Penthouse Gold, Robby Apples se ve envuelto en una inesperada y provocativa aventura. Durante una partida de golf en el jardín de su casa, algo sale mal. En su intento por mejorar su técnica, accidentalmente rompe las ventanas de su lujuriosa vecina. Estos incidentes no dejan impávida a nadie y mucho menos a Little Puck, la suculenta vecina que tenía todo lo necesario para ser una MILF de ensueño con su exuberante combinación de pechos voluptuosos y una naturaleza sensual.

Experta en tomar represalias voluptuosas, Little Puck no se conforma con un simple requisilibilidad por el destrozo de sus ventanas y ve esta oportunidad como una invitación a experimentar un lujurioso encuentro con Robby. Puck lujuria desde un principio por el joven vecino y ve esta oportunidad como un accesorio lujurioso, no opacado por ninguna molestia ni accidente que le haya podido causar.

Little Puck, con su cuerpo fornido que conllevada una combinación genial de un par de pechos gigantes, un ambiente erótico en su sexo laconeado con alguno vello que lo hace más irresistible, toma el control de la situación. Sin más preámbulos nuestra protagonista despliega todo su arsenal de sensualidades, comeszando por una exhaustibuente mamada, rodeando en su húmeda boca el imponente miembro de nuestro deportista, que entre gemidos y jadeos de satisfacción, se muestra complacido.

La sementera abandonó el sexo oral y se montó sobre su víctima. La lujuriosa muchacha, con el deseo desbordante, se apodera de Robby. Little Puck mueve su cuerpo de izquierda a derecha, ensanchando los pechos, que bailan al compás de sus movimientos cuerpo y riplenos moletantes. Todo esto, mientras que el chico lucha en su interior por mantener la cordura, con sus ojos perdidos en el deleite de sus senos danzantes, donde la libidinosidad se expresa sin rejuiciar.
Tras un rato de placer compartido, Little Puck no se conforma con ser empalada sobre Robby. Una vez que muestre su placer y diga su orgasmo, la lujuriosa mujer concluye su acto vengativo con un buen lenguetazo, llevando a Robby al clímax, cuando eyacula sobre su velludo monte de Venus.
La muchacha, con gemidos de placer y una opresión evidente en la respiración, concluye el momento en busca de sus necesidades fundamantalens. Aquella fue una noche que, si bien no requirió tanto esfuerzo, Robby viviría durante mucho tiempo y serviria como buena lección. Luego llevaría con él la visión de aquellos pechos bamboleantes y el recuerdo de Little Puck, cubiertos por la esencia de su lascivia.