Anjelica Heaven se prepara para salir y su novio la venera

0
Compartir
Copiar el Enlace

En el espejo del baño, Anjelica Heaven se arregla meticulosamente mientras su novio la ve impaciente. Ellos están a punto de salir, pero él se aburre y le pide que se apure. Ella se gira y le cuestiona si no le parece hermosa. Él, para halagarla, le dice todo lo que ella quiere escuchar y aún más. Le susurra al oído cuánto anhela sus pechos suculentos y sus pezones duros como rocas. Le dice también lo mucho que añora saborear su coño jugoso y húmedo, con sus labios carnosos y rosados.

Anjelica Heaven sonríe y le indica que él puede tocarla mientras ella sigue arreglándose. Él se acercó y comenzó a sobar suavemente sus pechos y mamar sus pezones erectos. Luego, sinuosamente bajó por su vientre hasta llegar al cosquilleante montículo de Venus. Se separó un poco y la escupió en la mano, para luego restregarla por su rajadura ya empapada de deseo. Ella gemía suavemente y cuando él encontró su clítoris palpitante, ella se puso tensa y juntó las piernas. Así continuó acariciándola con sus dedos y luego se llevó sus jugos a la boca. Le fascinaba su sabor y no quería dejar de saborearlo. Entonces, metió su lengua entre sus labios y comenzó a lamer su clítoris con pasión, mientras introducía suavemente un dedo en su vagina y lo movía rítmicamente dentro y fuera de ella.

Anjelica Heaven ya no podía concentrarse en terminar de arreglarse y solo pensaba en obtener más placer de él. Lo miró fijamente a los ojos y le dijo que quería que la follara entonces mismo. Él se quitó los pantalones y los calzoncillos, y sin necesidad de preservativo, tomó su polla grande y dura y la llevó a la entrada de su coño. Ella se abrió de piernas y lo recibió en su interior, mientras él comenzaba a embestirla con fuerza y pasión. Sus gemidos se mezclaban con los de él, creando una sinfonía de placer y lujuria. Ambos sabían que no tardarían en llegar al clímax y disfrutaban cada instante de aquel momento Privado.

Finalmente, Anjelica Heaven sintió un orgasmo intenso y su coño comenzó a latir y a apretar la polla de él. Él continuó embistiéndola sin parar hasta que también eyacularon juntos, llenando su coño con su caliente esperma. Ambos jadeaban y se miraban con complicidad, satisfechos y agotados por aquel acto de amor y placer.