Follando en el sofá con mi hermanastra pelirroja

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La tensión sexual estaba en el aire cuando nuestros protagonistas se encontraron solos en casa. Él notó cómo su hermanastra pelirroja tenía esas curvas perfectas y ese cuerpo deseable, con esas tetas grandes que parecían llamarse a ser tocadas. Ella también notó su atractivo, su polla grande y cómo la miraba con deseo, haciéndola sentir excitada y húmeda entre sus piernas.

No pudieron resistirse más, comenzaron a tocarse y acariciarse con intensidad, sus manos buscando sus zonas más erógenas. Los besos apasionados y húmedos llenaron la habitación mientras él desabrochaba el sujetador, dejando sus tetas grandes al descubierto. Ella gemía de placer, sintiendo cómo sus pezones se endurecían por cada caricia.

Él se acercó a su coño peludo, oliendo su excitación y sutil aroma. Ella se abrió de piernas, mostrando su coño depilado, mientras él la probaba y lamía sus fluidos, llevándola al borde del orgasmo. Luego él mostró su polla grande, y ella comenzó a darle una mamada profunda, sintiendo cómo su polla se expandía en su boca.

El sofá se convirtió en su cama improvisada mientras él la penetraba fuerte y rápido. Ella gritaba de placer y gemía, sintiendo cómo su coño se llenaba de su polla grande. Cambiaron de posición, con ella arriba y él atrás, ambos disfrutando de la sensación de sus cuerpos moviéndose juntos.

El clímax llegó, con gemidos y jadeos, mientras él sentía cómo su orgasmo se acercaba. Ella se corrió primero, su coño temblando y contrayéndose alrededor de su polla. Luego él se corrió en su culo, llenándola con su semen caliente.

Un momento erótico y apasionado que siempre recordarían y desearían repetir, mientras los padres no estaban en casa.