Intercambio de Pasiones: Un Juego de Familia xxx

La noche había comenzado con un ambiente relajado en la casa de Sarah Taylor y Katrina Colt. Sarah se encontraba sumida en una partida de videojuegos con su hijastro Jimmy Michaels, mientras que Katrina charlaba con su propio hijastro, Ricky Spanish. Sin embargo, la tranquilidad no duraría mucho.

Sarah, con una sonrisa pícara, decidió llevar el juego a un nivel más Privado. Comenzó a acariciar el miembro erecto de Jimmy, lo que no pasó desapercibido para Ricky. El joven, con curiosidad y deseo, pidió a su madrastra que le diera el mismo trato. Pero Katrina, en lugar de complacerlo, lo envió al sofá donde sus vecinos se encontraban en plena faena.

Ricky se dirigió al sofá, pero Katrina no tardó en salir de la habitación. Cuando regresó, se encontró con una escena que la dejó sin aliento. Sarah tenía una mano en cada uno de los penes de los chicos, y una sonrisa de satisfacción en su rostro. «Así es como Jimmy y yo nos llevamos bien», le dijo a Katrina, antes de sugerirle que intercambiaran parejas.

Katrina, aunque inicialmente cautelosa, se mostró abierta a la idea. Las dos mujeres decidieron compartir su atención, con Katrina masturbando a Jimmy y Sarah haciendo una felación a Ricky. El ambiente se volvía cada vez más cargado de deseo.

Sarah se recostó y abrió las piernas, invitando a Ricky a entrar en ella. Esa fue la señal the partida para un cuarteto. Katrina se arrodilló y comenzó a hacer una felación a Jimmy, antes de dejar que él la penetrara en posición de perro. Mientras tanto, Sarah y Ricky se turnaban para satisfacer sus deseos.

Las mujeres intercambiaron parejas, y cada una se montó sobre su hijastro en posición de cowgirl inversa. Sarah se dio la vuelta y se montó sobre Jimmy en posición de cowgirl, mientras que Katrina se recostó para dejar que Ricky la penetrara de nuevo. Cuando Jimmy se retiró para eyacular sobre el trasero de su madrastra, Ricky siguió su ejemplo y se corrió sobre el estómago de Katrina.

En ese momento, Katrina supo que Sarah tenía razón en cuanto a cómo llevarse bien con su hijastro. La noche había sido un éxito, y la pasión había unido a las dos familias de una manera inesperada.